Abramos puertas
ABRAMOS PUERTAS
LA NECESIDAD DE MI HERMANO
ES MANDATO PARA MI
Y llegó la inspiración, el abrir puertas, en convertirse en una fraternidad con misión abierta. Francisca lo propone a las beatas. Y aceptan esta transformación, pasando a ser una fraternidad.
Las necesidades más acuciantes de la época eran personas sordas y ciegas que no eran atendidas por nadie, mujeres obreras que necesitaban que sus hijos fueran cuidados, ancianos sin recursos, jóvenes obreras sin alfabetizar, obreros en general que requerían de un plato de comida en las larguísimas y pesadas jornadas laborales, educación de niñas y jóvenes de bajos recursos.
Francisca con la comunidad empieza su trabajo, buscando siempre la colaboración de otras instituciones civiles y religiosas, propiciando de esta manera una conciencia social necesaria para una verdadera transformación:
- Cocinas económicas, donde se daba un plato de comida caliente
- Escuelas de niñeras, donde se daba educación básica a las niñas que cuidaban otros bebés porque sus madres estaban trabajando
- Escuela de sordos y ciegos
- Asilos para personas ancianas sin recursos
- Escuelas dominicales, donde las familias acudían al convento a pasar la tarde y recibían una sencilla formación cristiana
- Centros de protección a la mujer
- Casas cuna o guarderías
Francisca dejó iniciada la tarea de atender a los enfermos de lepra, en Fontilles, que se fundó el 9 de enero de 1909. Una misión, en aquel momento muy urgente.